Después de una victoria sudada, el pívot dejó titulares picantes y una pizca de humor tras un partido cargado de tensión.
Omer Yurtseven, el coloso turco de Panathinaikos, salió del partido con un mensaje claro: aquí se juega duro, pero con cabeza.
“¿Entrenamiento de boxeo? No me hubiera venido mal”, bromeó, aunque después sacó las garras: “Algunos movimientos fueron sucios, peligrosos. Uno me empujó y acabé de espaldas. No sé quién fue, pero esto no es lucha libre”. ¡Ding ding! Parece que al Gigante Verde no le faltan rivales, ni dentro ni fuera de la cancha.
El duelo con Lessort, puro show
Si en la cancha se reparten leña, en los entrenamientos hay puro espectáculo. “Mathias [Lessort] y yo nos damos de lo lindo. Nos hemos puesto las pilas mutuamente, y ahora me toca disfrutar del trabajo hecho”, dijo Yurtseven, agradeciendo a su compañero de guerra. ¿Quién necesita enemigos con un rival así en casa?
Mensaje a los duros: “Juega limpio, campeón”
Yurtseven también soltó un consejo con algo de veneno: “Compite, pero sin pasarte. Al final, estamos aquí para dar espectáculo, no para rompernos en pedazos”. Vamos, un recadito elegante para los que confunden físico con brutalidad.
El Panathinaikos se viene arriba
Con Yurtseven acompañando al sheriff del condado Kendrick Nunn, los griegos parecen estar recuperando la chispa. Si siguen así, el coonjunto de Ataman puede empezar a creer que van a repetir como campeoones de Euroliga. ¿La receta? Un poco menos de boxeo y un poco más de magia.