Aunque el resultado sea corto, es cierto que el conjunto marbellí no presentó muchos problemas a los del Cholo Simeone.
Antoine Griezmann necesitó solo un cuarto de hora para decidir el encuentro ante el Marbella en La Rosaleda. El francés, con su habitual astucia, anotó tras un rechace del portero local tras una pared con Giuliano. Este gol bastó para que el Atlético avanzara a octavos, aunque el equipo rojiblanco desperdició numerosas ocasiones y dejó la eliminatoria abierta hasta el final.
El Atlético comenzó con un once muy similar al que venció al Barcelona antes de Navidad. Simeone, ausente en el banquillo por sanción, delegó en Nelson Vivas. Pese al gol temprano, el Marbella mantuvo el partido parejo, apostando al balón parado aunque sin generar verdadero peligro. Musso tuvo poco trabajo, mientras que Dani Martín en el otro arco resolvía los intentos rojiblancos.
El segundo tiempo trajo un cambio obligado por lesión de Barrios, con Koke tomando su lugar. De Paul fue protagonista, marcando un gol anulado por mano y generando varias oportunidades que los delanteros no supieron concretar. Giuliano y Sorloth, pese a su velocidad y presencia, fallaron en momentos clave, al igual que Correa, quien desperdició un mano a mano.
El Marbella se mantuvo al acecho, pero no logró inquietar a Musso. El Atlético cerró el partido con su mínima ventaja, sellando un inicio de año eficiente pero con margen de mejora. Año nuevo, pero el Atlético de siempre.