Los buenos resultados de esta temporada hace que se planteen empezar a priorizar el presente.
Los Detroit Pistons han pasado de ser el “farolillo rojo” de la NBA a un equipo con ganas de fiesta en la Conferencia Este. Con un récord de 21-20 y bien metidos en la pelea por el play-in, el equipo de la “Ciudad del Motor” ya no se conforma con absorber contratos malos por selecciones del draft. Ahora quieren algo más: competir.
La Máquina en Movimiento
Liderados por el “Elegido de Motor City”, Cade Cunningham, y apoyados por veteranos como Tobias Harris y Malik Beasley, los Pistons están dejando de ser una anécdota. Su progreso bajo el mando de Trajan Langdon y el entrenador J.B. Bickerstaff es tan notable que empiezan a sonar nombres interesantes para reforzar al equipo.
Tras la lesión de Jaden Ivey, que estará fuera por la temporada, el equipo busca añadir chispa en el perímetro. ¿Los nombres sobre la mesa? Collin Sexton, un torbellino ofensivo de los Jazz, y Anfernee Simons, el dinamitero de los Blazers. ¿Factible? Difícil, pero no imposible.
¿Soñar en Grande o Construir Paso a Paso?
Detroit no busca un movimiento explosivo ni hipotecar su futuro. La idea es clara: mejorar sin romper el plan. Sexton podría ser la opción más realista, aportando puntos rápidos. Simons, aunque ideal, parece menos accesible dado su peso en Portland.
Con su mezcla de talento joven y piezas sólidas, los Pistons tienen todo para ser un dolor de cabeza en el Este. Agregar uno o dos jugadores sería como ajustar los últimos tornillos de un motor listo para rugir.
Detroit está lejos de su versión campeona, pero este nuevo enfoque los acerca un poco más al sueño. ¿Se atreverán a acelerar?
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