El polémico interior de Golden State nos dejó otra cuestionable acción anoche.
El legado de Draymond Green, pieza clave en el éxito de los Golden State Warriors, está marcado tanto por su brillantez en la cancha como por su comportamiento antideportivo.
Aunque su impacto como defensor, pasador y líder emocional ha sido crucial en la dinastía de los Warriors, sus frecuentes acciones polémicas han dejado una mancha en su reputación.
Green ha acumulado múltiples suspensiones y multas a lo largo de su carrera debido a conductas como golpes bajos, empujones innecesarios y confrontaciones verbales con rivales, árbitros e incluso compañeros.
Su incidente más famoso ocurrió en las Finales de 2016, cuando fue suspendido en el Juego 5 por golpear a LeBron James, un momento que muchos consideran clave en la remontada histórica de los Cleveland Cavaliers.
Esta madrugada, en un partido contra los Memphis Grizzlies, Green protagonizó una nueva controversia al sujetar de manera antideportiva al novato Zach Edey, lo que generó críticas y reavivó el debate sobre su conducta en la cancha.
Aunque su intensidad es parte de su estilo, su falta de control ha generado críticas y debates sobre cómo será recordado: ¿un genio táctico o un jugador que cruzaba la línea con demasiada frecuencia?