La onubense será homenajeada por una carrera increíble y llena de éxitos.
Carolina Marín ha desafiado todas las barreras, superando no una, sino tres lesiones de ligamento cruzado en su carrera de bádminton. A pesar de estas tragedias, nunca dejó de perseguir su sueño de ser la mejor de la historia.
Con la mira puesta en ganar una nueva medalla de oro en París, su camino fue interrumpido de nuevo, recordando al mito de Sísifo, donde cada ascenso era seguido por una caída.
A sus 31 años, mantiene el espíritu luchador que la llevó a dejar Huelva a los 14 para entrenar en el CAR de Joaquín Blume. Popularizó el bádminton en España, convirtiendo el deporte en una parte inseparable de su identidad.
Aunque alejarse de su familia fue un gran sacrificio, su pasión la llevó a conquistar el oro en Río. Marín es un ejemplo de resiliencia, y su historia continúa inspirando a deportistas de todo el mundo.